Todo sobre las orquídeas

A la hora de pensar en plantas con flores, la orquídea es una de las más populares. Esto se debe a que su hermosa flor de pétalos que pueden ir del blanco al violeta tiene un estilo único que representa elegancia y sofisticación. Es esa cualidad la que hace que se trate de una de las plantas más buscadas para decorar en hogares como así también para obsequiar en momentos importantes. Por eso, a continuación, te vamos a contar todo lo que tienes que saber respecto de las orquídeas.

El origen de las orquídeas

La primera datación de la orquídea que se tiene es del siglo V a.c. En ese entonces, apareció en el libro De historia Plantarum, del filósofo Teofrasto. Posteriormente, hacia el siglo I d.C., la orquídea apareció nombrada en las citas de Dioscórides respecto de botánica. Además de estas menciones, también es posible encontrar otras en la antigua China, desde el siglo XI. Durante mucho tiempo, la flor fue considerada como un símbolo de fertilidad, debido a que su forma, similar a los órganos sexuales, se popularizó considerablemente. Por eso, se obsequiaba especialmente a las mujeres que tenían deseos de convertirse en madres.

¿En qué lugares del mundo hay orquídeas?

Lo que debemos destacar de la orquídea es que se trata de una planta de fácil adaptación. Esto es lo que hace que se pueda encontrar en distintas partes del mundo, en climas de lo más diferentes entre sí. La mayor variedad de estas plantas se encuentra en las zonas tropicales, donde se reproducen a mayor velocidad. En particular, se puede encontrar orquídeas en China, Madagascar, la India y el sur del Himalaya. También es muy común en América, particularmente en América Latina, en países como México, Costa Rica, Perú, Venezuela y Brasil. De acuerdo a los registros más recientes, el país que cuenta con una mayor variedad de especies de orquídeas es Ecuador, seguido de Colombia y luego de Brasil. También se debe destacar el caso de Perú, donde la planta es protegida de la deforestación.

Las características de la orquídea

Las diferentes migraciones y adaptaciones que va llevando a cabo la orquídea han llevado a que, hoy, podamos encontrar una gran diversidad de particularidades de acuerdo a cada especie de esta planta. Pese a ello, hay una serie de características que se repiten genéricamente en la mayor parte de las especies de esta planta. Una de ellas tiene que ver con su composición. La orquídea suele tener dos pétalos, tres sépalos y un labelo que es el que se encarga de atraer a los polinizadores. La forma particular que destaca a esta planta favorece que las abejas puedan acomodarse en la misma. Además, el polen se encuentra unido a los polinios. Cuando se produce su floración, la orquídea gira unos 180 grados antes de abrirse. De esta manera, lo que hace es exponer completamente el labelo para atraer a los polinizadores. Es un proceso que recibe el nombre de resupinación. En lo que refiere al fruto de la planta, se trata de una cápsula que, en su interior, contiene una gran cantidad de semillas de pequeño tamaño de la flor. Es esta característica la que hace que la planta se pueda extender y ocupar una mayor porción de territorio en menos tiempo que otras plantas, lo que hace que su cultivo sea sencillo.

¿Cómo se cuidan las orquídeas?

Como hemos dicho previamente, la orquídea es una de las plantas más deseadas y demandadas alrededor del mundo por su belleza y elegancia. A pesar de ello, un miedo que suelen tener muchas personas tiene que ver con su cuidado. Además de su belleza, podemos decir que el cuidado de la orquídea es algo sencillo. A continuación, te contamos lo que debes tener en cuenta para ello.

  • Buena iluminación: la iluminación es muy importante para las orquídea. Lo importante es cuidar que se coloque en un espacio en el que reciba luz indirecta. Además, es una planta que se desarrolla bien en temperaturas de entre 15 y 30 grados.
  • No exceso de riego: el exceso de agua puede dañar a las orquídeas. En general, se recomienda que el riego no sea con más frecuencia que cada 7 o 10 días. También se pueden humedecer las raíces para que estas se oxigenen.
  • Uso de fertilizante líquido: para el desarrollo de la orquídea, hay que usar un fertilizante líquido que contenga potasio, hierro, fósforo y nitrógeno. En lo que refiere al abono, lo que se puede hacer es colocar una pequeña cantidad al momento de trasplantar.

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